LABERINTO JOURNAL 9 (2016)
Abstract:
Aunque no todos lleguen a disfrutar del reconocimiento que desearan, no es de sorprenderse que una figura que se haya jugado el pellejo para promover los más preciados intereses políticos y económicos de su patria, sobre todo durante una época de elevadas tensiones diplomáticas, llegue a ser reconocida—cuando no ensalzada—por la historiografía de su nación. Tampoco sería de sorprenderse que—superada la amenaza y vencido el país enemigo—esa misma figura fuese borrada de la tradición de otras naciones rivales que érase una vez vieran sus objetivos perjudicados por sus acciones. Pero caso muy extraño es que se ignore casi por completo semejante actor histórico dentro de su propio país a la vez que lo reconozca, celebre e incluso convierta en una atracción turística el país anteriormente antagonista que antaño lo apresó bajo sospecha de espionaje. Tal es el caso de Diego de Molina, alcaide español prendido por las autoridades inglesas en la costa de Virginia en junio de 1611. En una carta firmada el 17 de agosto del mismo año, Sir Thomas Dale, vicegobernador de la incipiente colonia inglesa, le anuncia a Robert Cecil, conde de Salisbury, la aprehensión de tres españoles que desembarcaron a unas pocas millas del atormentado fuerte de Jamestown para pedir que un piloto inglés les ayudara a navegar su carabela por el río James. 1 Aquel encuentro sería el comienzo de cinco largos años de cautiverio marcados por el hambre, la enfermedad, la muerte de los dos compañeros de Molina, y un tortuoso intercambio de cartas, instrucciones secretas y negociaciones entre Felipe III, sus embajadores en Londres …
Año de publicación:
Keywords:
Fuente:
Tipo de documento:
Other
Estado:
Acceso abierto
Áreas de conocimiento:
Áreas temáticas:
- Juegos y diversiones de interior
- Retórica y colecciones literarias
- Medios documentales, educativos, informativos; periodismo