Un estilo de vida caracterizado por un alto nivel de actividad física se asocia a una concentración normal de lipoproteína (a)


Abstract:

Las enfermedades cardiovasculares constituyen una de las primeras causas de muerte a nivel mundial.[1] Venezuela comparte esta realidad ya que según el anuario de mortalidad de 2006 las enfermedades del corazón constituyen la primera causa de muerte con un 20, 63% del total de defunciones.[2] Al menos un 75% de los nuevos casos de enfermedad coronaria se debe a la conjunción de ciertos factores de riesgos clásicos: hábito tabáquico, dieta inapropiada, sedentarismo, perfil lipídico desfavorable, hiperglicemia, un alto índice de masa corporal (IMC) e hipertensión arterial.[1, 3] En la actualidad, se han identificado y estudiado una serie de factores de riesgo emergentes [4] que cada día cobran mayor importancia, tal como es el caso singular de la Lipoproteína (a)[Lp (a)]. Concentraciones elevadas de Lp (a) se asocian a un riesgo de 3 a 4 veces mayor de infarto del miocardio [5-6] y enfermedad cerebrovascular isquémica [7-9], aunque otros estudios muestran resultados controversiales [10]. La capacidad de aumentar el riesgo cardiovascular de la Lp (a) reside en sus propiedades aterogénicas (semejanza con las lipoproteínas de baja densidad [LDL-c]) y pro-trombóticas (homología estructural con el plasminógeno pero sin actividad fibrinolítica).[11] No existe un consenso que defina el valor de corte para considerar una concentración de Lp (a) como alta, tradicionalmente se ha utilizado valores superiores a 30 mg/dL.[12]

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    Tipo de documento:

    Other

    Estado:

    Acceso abierto

    Áreas de conocimiento:

    • Nutrición
    • Fisiología

    Áreas temáticas:

    • Salud y seguridad personal
    • Fisiología humana

    Contribuidores: